miércoles, 3 de diciembre de 2008
La Diva
La curiosidad venció al temor de encontrarse con el síndrome de la “vieja gloria”, alguien que tuvo pero que perdió todo su esplendor conforme envejecía. Al conocerla tuvo que admitir que el paso del tiempo no perdona, pero la luz perduraba.
¡Y cómo lo deslumbró!
domingo, 2 de noviembre de 2008
Amor sin medida
- Ha debido de haber algún problema en el scanner, porque hemos obtenido unos resultados absurdos.
- ¿Pero me encuentro bien?
- No lo sabemos con total seguridad. De lo que estoy seguro es de que no va a morir mañana por el problema que hemos esado estudiando.
- ¿Cómo está tan seguro?
- Porque, si el resultado del scanner fuera correcto, usted debería haber fallecido ya.
Ella se sorprendió, pero luego su mirada quedó apesadumbrada.
- No se entristezca. La enfermera le dará una nueva fecha para las pruebas, si eso la deja más tranquila.
Poco después de que la paciente saliera, llamó a la enfermera.
- Por favor, debe llamar al servicio técnico para que revisen el scanner.
- Pero doctor, estuvieron aquí la semana pasada.
- Pues no lo entiendo... Esa mujer que acaba de salir...
Y volvió a mirar absorto la pantalla, mirando sin ver la grabación de aquel enorme corazón que ocupaba prácticamente todo el torso de la mujer, latiendo sin cesar.
jueves, 9 de octubre de 2008
La Biblia
Cuando la conocí supe qué era el Cielo.
Cuando intimamos entré en el Paraíso.
Cuando vivimos juntos caí a la Tierra.
Cuando peleamos vi la Oscuridad.
Cuando nos separamos supe que el Infierno existía.
martes, 16 de septiembre de 2008
"Siempre te esperaré"
Las gestiones de la embajada no surtieron efecto. Calabozos. Juicio. Polémica. TV. Radio. Internet. Y finalmente la cárcel. El más inmundo de los agujeros que el hombre ha creado, por interés o desidia, sobre la faz de la Tierra.
Allí él se consolaba diciendose que ella lo iba a esperar. Pero no se hacía ilusiones. Una mujer guapa e inteligente como ella no podía desear morir en vida por alguien que iba a pasar 25 años en aquel agujero. Perdió la ilusión. Perdió su imagen. La olvidó. Su único interés estaba en dejar pasar los días lo más tranquilamente posible, hasta que la condena finalizara.
Cuando salió no volvió a casa. Se haría más daño al ver que ella había rehecho su vida. Sufriría al recordar su casa, sus cosas, su vida, tal como se congeló hacía tanto tiempo. O sufriría más si viera que aquello ya no existía y confirmar que, todo lo que una vez había sido, se había esfumado en el recuerdo.
No sin esfuerzo pudo, poco a poco, rehacer su vida. Un piso. Un trabajo. Una mujer. Un hogar. Felicidad. Se sentía realizado después de tanto tiempo que ya no recordaba la última vez.
Un día, volviendo a casa, el subconsciente o el azar le jugaron una mala pasada y llegó a su antiguo barrio. No recordaba casi nada, estaba completamente cambiando. Las calles, las tiendas, los bares... Todo. Entró en un bar para preguntar cómo salir de allí. Cuando el dueño intentaba explicarselo, se interrumpió y, en un susurro, le confió:
- Oh, no. Otra vez esta vieja solterona loca.
Y alzó la voz por encima del hombro:
- Por favor, señora. No moleste.
A lo que la vieja respondió con un grito:
- ¡¡¿Ves como llegaría?!! ¡Aquí está! ¡Mi novio ha venido a buscarme!
Y cuando él se dió la vuelta reconoció al instante, bajo las canas y las innumerables arrugas, los ojos chispeantes que le hicieron enloquecer hacía ya tanto tiempo.
jueves, 4 de septiembre de 2008
Nunca es tarde para recapacitar
Estaba enamorado de aquella chica con la que había pasado casi cada momento de su vida desde que ambos se conocieron por casualidad en una fiesta. Aunque fuera un poco delgada y pálida y desgarbada y con la mirada triste y con ese mechón de pelo rubio caído por casualidad delante de sus ojos... o quizás justamente por todo eso. Qué más daba: al mirarla, su cara parecía absorber toda la luz del local.
Habían compartido momentos encantadores, deliciosos. Habian jugado a inventar historias imposibles, a realizar sueños, a encontrar el tiempo en lugar de perderlo. Otros momentos no fueron tan agradables. Se decía que era como siempre, con altibajos hasta que dos personas se conocen lo suficiente para no ser extraños.
En su fuero interno una alarma le decía que no era verdad. Que algo pasaba. Que algo no encajaba. Ella estaba triste. Siempre estaba triste. Cuando bajaba la guardia, su mirada se entristecía. Con él era diferente: parecía que él le daba vida, como las plantas que reviven al regarlas después de mucho tiempo. Ahora veía la verdad. Ahora lo había visto. Y no entonces, cuando ella lo necesitó. Cuando ella gritaba en silencio que necesitaba ayuda.
No lo vió cuando ella saltó al paso del tren.
Y ahora que lo había comprendido, ahora que era plenamente consciente de lo que pasaba, ahora sabía que hacer: la buscaría para decirle todo lo que no le dijo a tiempo.
Y buscó otro tren.
jueves, 21 de agosto de 2008
El cumpleaños
Después de la comida y la fiesta llegó una grandiosa tarta. El Gran Arcano se acercó a la tarta y se hizo el silencio. "Gracias a todos por venir. Os estoy inmensamente agradecido. No es fácil llegar a mi edad, pero gracias a vosotros, a vuestro cariño, a vuestra amistad, estoy pletórico de energía y fuerza. Gracias por estar a mi lado".
Y dicho esto sopló las 153 velas de la tarta.
miércoles, 30 de julio de 2008
Peor imposible
- Porque no puedo imaginarle mayor sufrimiento que obligarle a ser consciente cada día de que depende de mí
lunes, 7 de julio de 2008
El guerrero
Sirvo a mi razón, no a mi corazón. Y ahora debo sufrir la soledad del desamor.
viernes, 4 de julio de 2008
Círculo vicioso
- ¡Joder! Tendré que volver a empezar.
viernes, 27 de junio de 2008
martes, 17 de junio de 2008
Duane Hanson
Ahí lo tiene, se ha lanzado otra vez contra la puerta. ¿Qué habrá cruzado por la cabeza de esa pobre persona para hacer lo que hizo? Quizás tantos años de soledad, quizás su trabajo, quizás estaba trastornado desde siempre. Pero ya tenemos al responsable de las desapariciones de los cuerpos. Me alegro de que, además, haya podido localizar a los familiares para que se hagan cargo de los cadáveres. Claro que, a pesar del extraordinario trabajo que realizó ese hombre, no vamos a dejar que los vean en ese estado, tan... vivos, si quiere que le sea sincero. Incluso el forense, tan acostumbrado a tratar con cadáveres, quedó impresonado. Allí estaban los tres, sentados en el sofá del comedor, inmóviles, desde que ese pobre diablo que tenemos encerrado se fabricó su familia.
martes, 3 de junio de 2008
Cuentos
Y entonces, vino algún editor con visión de negocio y dijo que esto no se podía publicar tal cual porque al público no le gustaría.
miércoles, 28 de mayo de 2008
¡Que aproveche!
Creía que había cierto feeling desde el primer momento. Podían hablar aunque parecía que él estuviera siempre un paso por delante, sabía cómo se sentía o lo que iba a decir. Se sentía cómoda a su lado excepto, claro está, cuando la miraba. La desarmaba completamente. Le hacía sentirse como una niña traviesa ante su padre.
Cuando la invitó a cenar a su casa casi no pudo contestar. No quería mirarlo, pero lo hizo. Alzó los ojos y lo miró: aquella mirada no podía mentir. "¿A las 10?". "Vale". El resto del día pasó como un sueño. No recordaba nada hasta que se encontró a sí misma ante la puerta, llamando al timbre. Cuando abrió la dejó pasar, le tomó la chaqueta y la acomodó en el sofá del salón. Después sufrió un fuerte golpe en la nuca y todo se volvió negro.
Despertó amordazada y atada a una silla de madera, en una pequeña habitación pintada de negro. Él estaba frente a ella, enfundado en un mono deshechable de plástico, junto a un trípode y una cámara de vídeo donde parpadeaba la luz roja que indicaba que estaba grabando. Olía a aceite caliente, pero probablemente estuviera a su espalda y no podía ver de dónde surgía ese olor.
- Bueno, espero que me disculpes por mi brusquedad. Espero compensarte porque el resto será de tu agrado: vas a ser el menú principal de la cena. A tu salud.
jueves, 22 de mayo de 2008
El regalo
Él llegó más pronto de lo habitual a casa, después de que una avería en el aire acondicionado convirtiera la oficina en un horno. Fue directamente a la ducha, dejando un regero de prendas por el pasillo. Allí casi no se dió cuenta de que la habían usado sólo hacía un momento. "Habrá llegado cansada y se ha duchado".
¡Vaya una ducha larga, justo ahora!...
Cuando terminó y entró en la habitación a por una muda de ropa, la vió en la cama, excitada, los ojos entrecortados, gemidos, caricias, suspiros. "Pero...", pensó. Instintivamente se echo atrás, tras la puerta. Era muy vergonzoso y tímido. "¿Me habrá visto? Seguro, no he tenido cuidado en no hacer ruido". Se sentía como un ladrón de sus secretos, o un intruso en su intimidad. Estaba atemorizado por cómo se lo podría tomar ella, pero la excitación que empezaba a sentir le hizo volverse a asomar.
Ya vuelve. Me gusta. Así. Mírame. Obsérvame. Contémplame. Vigílame. Escudríñame. Espíame... Devórame con tus ojos. Quiero arder con tu mirada.
Si lo había oído, no daba muestras de ello. Seguía ocupada en ella misma, en sus sensaciones, en su piel, en su cuerpo, en su alma; el mundo entero podía irse al carajo. "Seguro que no me ha visto. Seguro que nadie ha visto esto". Empezó a observar, más que a mirar. Se sintió un privilegiado, una persona escogida, por poder presenciar, en directo, lo que ella guardaba para sí. No su cuerpo, sino sus sentimientos más secretos, sus fantasías representadas en aquellas manos que recorrían los caminos que su mente había dibujado antes en su cuerpo desnudo.
Ella entreabrió los ojos un momento y sonrió. "Ya está liada, se va a enfadar", pensó él. Pero ella no paró. La excitación siguió en aumento. Cerró los ojos otra vez. Las manos se movían más rápido. Las piernas se agitaban. Gritos entrecortados, ronroneos, gemidos profundos, la boca se abre, la cabeza se lanza hacia atrás, la espalda se arquea en un ángulo imposible... Y al relajarse abre los ojos. Y le mira sonriente.
- Feliz cumpleaños, cariño.
lunes, 19 de mayo de 2008
sábado, 17 de mayo de 2008
De madrugada
Pero no dijo nada. Los espejos es lo que tienen: nunca dicen nada. Así que apagó la luz y se fue a dormir otra vez.
viernes, 16 de mayo de 2008
Valor seguro
En su mente hervían cientos de pensamientos y recuerdos de su vida, de su amor, de sus esperanzas, completamente rotas desde hacía poco. Prácticamente no tenía nada. No había nada más allá de esa maleta. Pero seguía estando lo más importante: él mismo.
lunes, 12 de mayo de 2008
Descanso total
Así que me quité la cabeza y la dejé en un armario para no perderla.
viernes, 9 de mayo de 2008
El inventor
No había malentendidos ni malos rollos. Todo era comprensión y armonía perfectas. Nadie se enfadaba con nadie. No había peleas, ni conflictos, ni guerras. Le había dado a la Humanidad lo que había estando buscando durante siglos: paz.
Cuando comprendió qué había hecho, se suicidó. La gente dejó de comunicarse porque no lo necesitaban. Sabían que pensaban los demás y los demás sabían que pensaban ellos. No se hablaba, no se escribía. Adiós escritores y poetas. Adiós sufrimientos. Adiós sentimientos. Adiós pasiones. Adiós a todo lo que nos hacía humanos.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Jeckyll
Tenía una doble vida, ya que nadie podía imaginar que tenía un respetable puesto de trabajo en un famoso buffete de abogados, donde su reputación era intachable. Pero no era él. Mr. Hide era su verdadero yo, y tomaba una pócima para desperar al Dr. Jeckyll.
miércoles, 30 de abril de 2008
El juego de la seducción
Vuelves a tu redil con la cabeza llena de ideas. Tu mente hierve con las posibilidades. Un par de llamadas para descartar algunas opciones. Por fin perfilas tu estrategia. Llamas ilusionado para una cita. "Vale, ¿te parece bien ...?". Por supuesto, menuda pregunta.
La primera contestación es una negativa. No le ha gustado. Pero piensas que te está probando. Siempre es así. ¿Por qué si es lo que quiere? Nunca se debe aceptar algo a la primera. Hay que jugar un poco al cazador cazado. Regates y fintas. Avances y retrocesos.
Poco a poco entra en razón. O se deja convencer. O siempre supo lo que quería, pero no lo quería admitir. Al final accede. Eres feliz. Es feliz. Un apretón de manos cierra el acuerdo.
Por fín has firmado el contrato.
viernes, 25 de abril de 2008
Fetiche
miércoles, 23 de abril de 2008
Celos, o mueren o matan
De repente un día todo cambió. Llegó impecablemente vestido, recién afeitado, pulcro y aseado. Todos se miraron unos a otros, conscientes del cambio a mejor que había dado. Cuando entró al servicio y comenzó a tardar, nadie se preocupó al principio. Pero todos comprendieron lo que pasaba cuando oyeron el grito de la mujer que habia sido su inspiración a la puerta del baño. Allí estaba él, inconsciente, con la boca llena de espuma, y un bote de pastillas vacío en la mano.
Valió la pena
Al día siguiente no pudo ver la luz del sol. Los médicos de la residencia certificaron su muerte por causas naturales. Acababa de cumplir 97 años.
domingo, 13 de abril de 2008
Las Musas
Pero se olvidaron de mí. Y sufro cada día por no poder encender en otros la llama de los sentimientos que me consumen.
jueves, 10 de abril de 2008
Infeliz
Y pese a todo, fue el hombre más infeliz de la historia, por haberle sido esquiva la dicha de arder con la pasión de la mujer de su vida.
martes, 8 de abril de 2008
El último pecador
- He cometido el peor delito que pueda imaginarse.
- ¿Contra tus padres? ¿Contra tus semejantes? ¿Contra mí? Sabes que doy el perdón infinito.
- No. Sencillamente, no he querido ser feliz.
Y tras el Juicio Final, tan sólo su alma permaneció en el Infierno.
Egoísta
Siempre querremos ser mejores que ayer y peores que mañana. Progresemos todos juntos. Te necesitamos para que todo siga en movimiento. Contribuye al bien común. Estudia, trabaja, cásate, forma una familia y sé útil a la sociedad. Moldea tus intereses acorde a lo comúnmente aceptado. Intégrate en el grupo, no te separes. Lo diferente asusta y causa rechazo. Nosotros sabemos lo que te interesa.
¿Y si no quiero? ¿Alguien ha contado conmigo?
Por fín
Nunca más
Se giró en la cama como cualquier sábado por la mañana. La luz que entraba por las rendijas de las persianas le daba en los ojos, aún cerrados, hinchados de sueño. Su mano se deslizó lentamente desde debajo de la almohada hasta salir completamente al frescor de la habitación. Sintió un leve estremecimiento y se le puso la carne de gallina, pero esa sensación le gustaba. Le hacía sentirse viva.
Estaba medio adormilada. Pero se despertó súbitamente, sudando, el pulso acelerado, la respiración entrecortada, el corazón a punto de salirse de su boca. Cuando, al dejar caer su mano a su lado, donde solía dormir su hombre, no encontró su cuerpo, recordó otra vez que el Destino decidió por ella que su vida fuera solitaria.
domingo, 6 de abril de 2008
Metrópolis
Creía que conocía el barrio donde había estado viviendo desde que tenía uso de razón. Primero con sus padres y luego sólo. Pero aquella calle no le sonaba. Sería la iluminación, o la borrachera. Quizás lo segundo. Pero nunca, por muy pasado que fuera, le había pasado aquello. Siempre reconocía las calles y podía orientarse. Una pintada en la pared, una esquina desconchada, una farola rota, y ya sabía dónde se encontraba. Pero ahora no reconocía nada.
Vió un ligero resplandor al fondo de la calle, anunciando el amanecer. Y cuando las vió, un escalofrío recorrió su espalda. Sentía como unas tenazas heladas le oprimían el corazón. No podía respirar. El recuerdo encerrado en sus genes, y olvidado durante toda la historia de la Humanidad, vino de forma violenta. Sabía dónde estaba, como cada uno de nosotros aunque no seamos conscientes de ello. Estaba en casa. De donde nunca había salido.
Allí estaban las seis torres de Metrópolis.
viernes, 4 de abril de 2008
El ídolo caído
Su belleza no tenía límites. Todos estaban de acuerdo en ello. Nadie discutía que era el ser más bello de cuantos podrían existir nunca. Incluso parecía que cuando estaba presente, su cara absorbía toda la luz de la estancia. Irradiaba felicidad, una felicidad contagiosa, completa, total.
Pero alguien no estaba tan feliz. Su padre pensó que esa belleza y ese carisma podrían amenazar su posición. Estaba celoso. Envidioso. Llegó a temerle. Y tomó la decisión más difícil de su existencia. Lo expulsó de su lado, y desde entonces a Bella Luz se le conoce como Lucifer.
miércoles, 2 de abril de 2008
¿Qué culpa tienen las margaritas?
A algún enamorado desesperado se le ocurrió la feliz idea de arrancar una margarita del jardín de la casa de su inalcanzable amada, y mientras pensaba en ella, empezar a arrancarle los pétalos uno a uno. Algún amigo suyo, al corriente de su infeliz situación, probablemente el amante de ella, le preguntó que hacía. Un juego, contestó, nada más que un juego. Y su mirada helaba los huesos.
El aterrorizado amigo pensó que el azar del número de pétalos le aliviaría su dolor, así que en lugar de darse a conocer, le intentó animar. Te quiere, no te quiere. Él sonrió, pero lo que pensaba mientras deshojaba la margarita, era lo que iba a sufrir aquel hombre cuando lo matara por la noche.
La vida por la ventana
Era joven, sano, admirado, deseado. Lo tenía todo. Pero no aceptó el rechazo de aquella chica. Estaba demasiado acostumbrado a conseguir lo que se proponía. No podía creerlo. Algo no era como quería.
Y se sumergió en un pozo de desesperación y destrucción del que no supo salir. Ayer lo volví a ver, como un mendigo a la puerta de un puesto de asistencia a drogodependientes, esperando una dosis que le permitiera escapar de la verdad antes de volver a creer que soñaba tirar su vida por la ventana.
El precio de la pasión
Los hombres caían a sus pies constantemente. Los volvía locos. Era guapísima, elegante, con gusto, culta, inteligente, con una educación casi perfecta, sabía estar entre gente de diferentes niveles sociales y hablar adecuadamente con todos ellos. Los hombres ponían reinos y fortunas a sus pies, y ella los rechazaba invariablemente. Quería seguir siendo quien era, y como era. Se limitaba a mantenerse al margen de locuras transitorias y tomaba sólo lo que debía, implicándose al mínimo. En ese sentido era muy legal.
No era una puta, era una prostituta. Hay que diferenciar.
Un instante de libertad
Nunca pensó que se atrevería a hacerlo. Y sin embargo lo hizo. Se atrevió a hacerlo. La respiración entrecortada, las gotas de sudor que corrían por sus mejillas desde su frente, la boca seca, la mirada perdida, sólo con esa idea fija en la cabeza.
Pero al final lo hizo. Y fue libre. Libre de su miedo. Libre de su propia conciencia del miedo. Libre de decidir. Libre de actuar. El tirón de la cuerda en su cuello actuó de forma rápida y sin dolor.
lunes, 31 de marzo de 2008
No puedes luchar
En la cama estaba ella. Y una amiga.
Así debía ser
Y al día siguiente se despertaron abrazados, como el primer día de su matrimonio.
From Hell
El infernal calor a mi espalda me hizo saber que mi súplica iba a cumplirse.