lunes, 7 de julio de 2008

El guerrero

He defendido los intereses de mi señor. He peleado, luchado, destruido, matado, violado. He perdido mi honor al luchar por alcanzarlo. He hecho daño al intentar curar. Quería que me entendieran, pero he confundido a los demás. He provocado odio al intentar amar. He destruido para construir. He matado para vivir.

Sirvo a mi razón, no a mi corazón. Y ahora debo sufrir la soledad del desamor.

8 comentarios:

Isthar dijo...

Es complicado ser esclavo de algo,sobre todo cuando confundimos los términos de lo que se supone que buscamos o defendemos.

La soledad del desamor es sin duda uno de los precios a pagar más altos.

mas de mi que de... lirio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
belona dijo...

No sigas haciendo nada más por nadie, por favor!!

Cemanaca dijo...

A estas alturas no se que es mejor si obedecer a la razón o al corazón...

Saludos conversos.

Anónimo dijo...

nunca es tarde... seguro que tu corazón grita a tu razón y eres tu quien no quiere escuchar.

no te compadezcas y lucha!!

eres fuerte... demuestralo!

Lunarroja dijo...

Lo mejor en estos casos es que pase pronto...

Belén Peralta dijo...

Qué lucha más mala, lobito... Es dura, sí señor. Pero creo que debe ganar el corazón por encima de la razón, en la mayoría de las veces.

Besos, lobito.

B.

Bito dijo...

Todo el problema radica en las siete primeras palabras, haber defendido los intereses de otro y no los propios. Creo que la soledad del desamor no es lo peor, sino la deslealtad a uno mismo... sus consecuencias para el alma pueden ser mucho más devastadoras.