En sus innumerables años de viajes por el mundo vió y experimentó más de lo que cualquiera de nosotros hubiera imaginado jamás. Al volver al punto de partida se dió cuenta de que no reconocía nada. Y entendió que otros lugares también habrían cambiado y no serían los que él visitó.
- ¡Joder! Tendré que volver a empezar.
viernes, 4 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Así es la vida, un constante recomenzar pues nada es lo que era... el tiempo modifica absolutamente todo.
En eso se encuentra la gracia de estar vivo... aunque te repitas siempre hay algo nuevo que "a-prender”
Besos desde mi alma y buen fin de semana.
Es como la vida misma, cada día es un reto, un descubrimiento.
Todo cambia ?? o somos nosotros los que cambiamos la manera de ver las cosas????
Un beso, simplemente yo
Y así vamos, inmersos en espirales que sentimos que muchas veces no nos llevan a ninguna parte.
Jajajajja, empieza, empieza!!!!
Yo tendría que volver a nacer, porque no me acuerdo de nada de mi niñez.
No te puedes imaginar lo identificado que me siento con este cuento... ultimamente comienzo a sufrir las consecuencias del viajero y la verdad es que todavía no se como afrontar esta violación y radical cambio en mis recuerdos.
Un saludo,
buen blog.
Publicar un comentario