miércoles, 2 de abril de 2008

La vida por la ventana

Era joven, sano, admirado, deseado. Lo tenía todo. Pero no aceptó el rechazo de aquella chica. Estaba demasiado acostumbrado a conseguir lo que se proponía. No podía creerlo. Algo no era como quería.

Y se sumergió en un pozo de desesperación y destrucción del que no supo salir. Ayer lo volví a ver, como un mendigo a la puerta de un puesto de asistencia a drogodependientes, esperando una dosis que le permitiera escapar de la verdad antes de volver a creer que soñaba tirar su vida por la ventana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una opción desesperada, incorrecta y sobre todo estar preparados para el rechazo.

Un saludo, simplemente yo