miércoles, 23 de abril de 2008

Valió la pena

Aquella noche de pasión fué la mejor de su vida. Ella se entregó completamente, sin trabas, sin tapujos, sin prejuicios, sin peros, tal cual era. Él hizo lo propio pero, como siempre, desconfiado como era, no se convenció hasta que la vió dormida en sus brazos con una plácida sonrisa en la cara. Aquella noche y aquella sonrisa le hicieron ver que su vida había valido la pena. Todos los tropiezos, errores y males de su calamitosa existencia se vieron compensados por haber visto aquella sonrisa, por saberse en parte responsable de haberla hecho feliz, al menos por una noche.

Al día siguiente no pudo ver la luz del sol. Los médicos de la residencia certificaron su muerte por causas naturales. Acababa de cumplir 97 años.

3 comentarios:

Nima dijo...

me gustaría morir así. preciosa historia

mas de mi que de... lirio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Si, valió la pena.

Simplemente yo