miércoles, 30 de abril de 2008
El juego de la seducción
Vuelves a tu redil con la cabeza llena de ideas. Tu mente hierve con las posibilidades. Un par de llamadas para descartar algunas opciones. Por fin perfilas tu estrategia. Llamas ilusionado para una cita. "Vale, ¿te parece bien ...?". Por supuesto, menuda pregunta.
La primera contestación es una negativa. No le ha gustado. Pero piensas que te está probando. Siempre es así. ¿Por qué si es lo que quiere? Nunca se debe aceptar algo a la primera. Hay que jugar un poco al cazador cazado. Regates y fintas. Avances y retrocesos.
Poco a poco entra en razón. O se deja convencer. O siempre supo lo que quería, pero no lo quería admitir. Al final accede. Eres feliz. Es feliz. Un apretón de manos cierra el acuerdo.
Por fín has firmado el contrato.
viernes, 25 de abril de 2008
Fetiche
miércoles, 23 de abril de 2008
Celos, o mueren o matan
De repente un día todo cambió. Llegó impecablemente vestido, recién afeitado, pulcro y aseado. Todos se miraron unos a otros, conscientes del cambio a mejor que había dado. Cuando entró al servicio y comenzó a tardar, nadie se preocupó al principio. Pero todos comprendieron lo que pasaba cuando oyeron el grito de la mujer que habia sido su inspiración a la puerta del baño. Allí estaba él, inconsciente, con la boca llena de espuma, y un bote de pastillas vacío en la mano.
Valió la pena
Al día siguiente no pudo ver la luz del sol. Los médicos de la residencia certificaron su muerte por causas naturales. Acababa de cumplir 97 años.
domingo, 13 de abril de 2008
Las Musas
Pero se olvidaron de mí. Y sufro cada día por no poder encender en otros la llama de los sentimientos que me consumen.
jueves, 10 de abril de 2008
Infeliz
Y pese a todo, fue el hombre más infeliz de la historia, por haberle sido esquiva la dicha de arder con la pasión de la mujer de su vida.
martes, 8 de abril de 2008
El último pecador
- He cometido el peor delito que pueda imaginarse.
- ¿Contra tus padres? ¿Contra tus semejantes? ¿Contra mí? Sabes que doy el perdón infinito.
- No. Sencillamente, no he querido ser feliz.
Y tras el Juicio Final, tan sólo su alma permaneció en el Infierno.
Egoísta
Siempre querremos ser mejores que ayer y peores que mañana. Progresemos todos juntos. Te necesitamos para que todo siga en movimiento. Contribuye al bien común. Estudia, trabaja, cásate, forma una familia y sé útil a la sociedad. Moldea tus intereses acorde a lo comúnmente aceptado. Intégrate en el grupo, no te separes. Lo diferente asusta y causa rechazo. Nosotros sabemos lo que te interesa.
¿Y si no quiero? ¿Alguien ha contado conmigo?
Por fín
Nunca más
Se giró en la cama como cualquier sábado por la mañana. La luz que entraba por las rendijas de las persianas le daba en los ojos, aún cerrados, hinchados de sueño. Su mano se deslizó lentamente desde debajo de la almohada hasta salir completamente al frescor de la habitación. Sintió un leve estremecimiento y se le puso la carne de gallina, pero esa sensación le gustaba. Le hacía sentirse viva.
Estaba medio adormilada. Pero se despertó súbitamente, sudando, el pulso acelerado, la respiración entrecortada, el corazón a punto de salirse de su boca. Cuando, al dejar caer su mano a su lado, donde solía dormir su hombre, no encontró su cuerpo, recordó otra vez que el Destino decidió por ella que su vida fuera solitaria.
domingo, 6 de abril de 2008
Metrópolis
Creía que conocía el barrio donde había estado viviendo desde que tenía uso de razón. Primero con sus padres y luego sólo. Pero aquella calle no le sonaba. Sería la iluminación, o la borrachera. Quizás lo segundo. Pero nunca, por muy pasado que fuera, le había pasado aquello. Siempre reconocía las calles y podía orientarse. Una pintada en la pared, una esquina desconchada, una farola rota, y ya sabía dónde se encontraba. Pero ahora no reconocía nada.
Vió un ligero resplandor al fondo de la calle, anunciando el amanecer. Y cuando las vió, un escalofrío recorrió su espalda. Sentía como unas tenazas heladas le oprimían el corazón. No podía respirar. El recuerdo encerrado en sus genes, y olvidado durante toda la historia de la Humanidad, vino de forma violenta. Sabía dónde estaba, como cada uno de nosotros aunque no seamos conscientes de ello. Estaba en casa. De donde nunca había salido.
Allí estaban las seis torres de Metrópolis.
viernes, 4 de abril de 2008
El ídolo caído
Su belleza no tenía límites. Todos estaban de acuerdo en ello. Nadie discutía que era el ser más bello de cuantos podrían existir nunca. Incluso parecía que cuando estaba presente, su cara absorbía toda la luz de la estancia. Irradiaba felicidad, una felicidad contagiosa, completa, total.
Pero alguien no estaba tan feliz. Su padre pensó que esa belleza y ese carisma podrían amenazar su posición. Estaba celoso. Envidioso. Llegó a temerle. Y tomó la decisión más difícil de su existencia. Lo expulsó de su lado, y desde entonces a Bella Luz se le conoce como Lucifer.
miércoles, 2 de abril de 2008
¿Qué culpa tienen las margaritas?
A algún enamorado desesperado se le ocurrió la feliz idea de arrancar una margarita del jardín de la casa de su inalcanzable amada, y mientras pensaba en ella, empezar a arrancarle los pétalos uno a uno. Algún amigo suyo, al corriente de su infeliz situación, probablemente el amante de ella, le preguntó que hacía. Un juego, contestó, nada más que un juego. Y su mirada helaba los huesos.
El aterrorizado amigo pensó que el azar del número de pétalos le aliviaría su dolor, así que en lugar de darse a conocer, le intentó animar. Te quiere, no te quiere. Él sonrió, pero lo que pensaba mientras deshojaba la margarita, era lo que iba a sufrir aquel hombre cuando lo matara por la noche.
La vida por la ventana
Era joven, sano, admirado, deseado. Lo tenía todo. Pero no aceptó el rechazo de aquella chica. Estaba demasiado acostumbrado a conseguir lo que se proponía. No podía creerlo. Algo no era como quería.
Y se sumergió en un pozo de desesperación y destrucción del que no supo salir. Ayer lo volví a ver, como un mendigo a la puerta de un puesto de asistencia a drogodependientes, esperando una dosis que le permitiera escapar de la verdad antes de volver a creer que soñaba tirar su vida por la ventana.
El precio de la pasión
Los hombres caían a sus pies constantemente. Los volvía locos. Era guapísima, elegante, con gusto, culta, inteligente, con una educación casi perfecta, sabía estar entre gente de diferentes niveles sociales y hablar adecuadamente con todos ellos. Los hombres ponían reinos y fortunas a sus pies, y ella los rechazaba invariablemente. Quería seguir siendo quien era, y como era. Se limitaba a mantenerse al margen de locuras transitorias y tomaba sólo lo que debía, implicándose al mínimo. En ese sentido era muy legal.
No era una puta, era una prostituta. Hay que diferenciar.
Un instante de libertad
Nunca pensó que se atrevería a hacerlo. Y sin embargo lo hizo. Se atrevió a hacerlo. La respiración entrecortada, las gotas de sudor que corrían por sus mejillas desde su frente, la boca seca, la mirada perdida, sólo con esa idea fija en la cabeza.
Pero al final lo hizo. Y fue libre. Libre de su miedo. Libre de su propia conciencia del miedo. Libre de decidir. Libre de actuar. El tirón de la cuerda en su cuello actuó de forma rápida y sin dolor.