martes, 8 de abril de 2008

El último pecador

- ¿Qué has hecho en tu vida que merezca ser castigado?
- He cometido el peor delito que pueda imaginarse.
- ¿Contra tus padres? ¿Contra tus semejantes? ¿Contra mí? Sabes que doy el perdón infinito.
- No. Sencillamente, no he querido ser feliz.

Y tras el Juicio Final, tan sólo su alma permaneció en el Infierno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y cuando quieres ser feliz, pero todo se trunca donde queda tu alma???

Un saludo, simplemente yo.