Se dice que la Bella Durmiente se desmayó pretendiendo volver a dormirse cuando vio la montaña de lana por hilar que se había acumulado cuando estaba offline.
Las mismas malas lenguas dicen que también Blancanieves lloró y pataleó al despertarse como la adolescente que era, porque los Siete Enanitos habían dejado todos los cacharros por fregar durante su ausencia.
Otros rumores sin confirmar aseguran que el Príncipe quiso volver a ser rana cuando se enteró de que lo había besado la Mujer Barbuda.
La Cenicienta, ejemplo de mujer trabajadora y de la lucha de clases, no se dió cuenta de que cambiaba un burro por un paraguas hasta que cayó en las machistas manos de su marido, y suspiraba por los rincones "¡Ay, madrastra de mi alma!".
Si ya es sabido que cualquier tiempo pasado fue mejor...