jueves, 22 de mayo de 2008

El regalo

¿Ya ha llegado? ¡Ah! me ha dicho que volvía pronto por no se qué problema del aire acondicionado.

Él llegó más pronto de lo habitual a casa, después de que una avería en el aire acondicionado convirtiera la oficina en un horno. Fue directamente a la ducha, dejando un regero de prendas por el pasillo. Allí casi no se dió cuenta de que la habían usado sólo hacía un momento. "Habrá llegado cansada y se ha duchado".

¡Vaya una ducha larga, justo ahora!...

Cuando terminó y entró en la habitación a por una muda de ropa, la vió en la cama, excitada, los ojos entrecortados, gemidos, caricias, suspiros. "Pero...", pensó. Instintivamente se echo atrás, tras la puerta. Era muy vergonzoso y tímido. "¿Me habrá visto? Seguro, no he tenido cuidado en no hacer ruido". Se sentía como un ladrón de sus secretos, o un intruso en su intimidad. Estaba atemorizado por cómo se lo podría tomar ella, pero la excitación que empezaba a sentir le hizo volverse a asomar.

Ya vuelve. Me gusta. Así. Mírame. Obsérvame. Contémplame. Vigílame. Escudríñame. Espíame... Devórame con tus ojos. Quiero arder con tu mirada.

Si lo había oído, no daba muestras de ello. Seguía ocupada en ella misma, en sus sensaciones, en su piel, en su cuerpo, en su alma; el mundo entero podía irse al carajo. "Seguro que no me ha visto. Seguro que nadie ha visto esto". Empezó a observar, más que a mirar. Se sintió un privilegiado, una persona escogida, por poder presenciar, en directo, lo que ella guardaba para sí. No su cuerpo, sino sus sentimientos más secretos, sus fantasías representadas en aquellas manos que recorrían los caminos que su mente había dibujado antes en su cuerpo desnudo.

Ella entreabrió los ojos un momento y sonrió. "Ya está liada, se va a enfadar", pensó él. Pero ella no paró. La excitación siguió en aumento. Cerró los ojos otra vez. Las manos se movían más rápido. Las piernas se agitaban. Gritos entrecortados, ronroneos, gemidos profundos, la boca se abre, la cabeza se lanza hacia atrás, la espalda se arquea en un ángulo imposible... Y al relajarse abre los ojos. Y le mira sonriente.

- Feliz cumpleaños, cariño.

7 comentarios:

Nima dijo...

jaja.. seguro que fue un muy buen regalo de cumple

Belén Peralta dijo...

¡¡¡Pedazo de regalo!!!

Lobito, me gustas cuando te pones tan pícaro... ;-)))))

Anónimo dijo...

ufffff

Ligeia dijo...

Me gusta no saber qué ocurre hasta el mismo final. Me gusta.

Abril dijo...

seguro q el regalo era para él???!!

;))))

El Lobo Feroz dijo...

Nima, uno de los mejores regalos.
Guinda, te voy a llamar guidilla ;D).
Ligeia, me alegro de que te guste.
Abril, cuando hago un regalo pienso más en quedarme satisfecho cuando veo que gusta.

Gracias a tod@s por pasaros.

Belén Peralta dijo...

Jajajaja... Si supieras la de veces que me llamaron Guindilla en un foro en el que escribí durante un año... Lo decían por mis relatos eróticos -que puedes encontrar en mi blog, y de ahí, en las etiquetas, lo de "Guindillas picantes"-...

Niño, un beso y un mordisquito por los mordiscos que le pegas a mis cerezas y guindas.;-))

B.