Cuando quedó saciado notó que una paz infinita inundaba su cuerpo y se relajó. Observó el cadáver a sus pies. "Pobre diablo", pensó. "Hoy no ha sido tu mejor noche. ni siquiera la mía, pero me servirá por un largo tiempo". La cara vuelta hacia el suelo y el cuerpo boca arriba, el cuello roto en un ángulo imposible, la piel tomaba un tono pálido azulado a marchas forzadas por la falta de sangre, la parte derecha del cuello hasta casi el hombro colgaba desgarrada por un terrible mordisco.
"Qué desperdicio", se lamentó, al observar la gran cantidad de sangre que lo manchaba todo.
Pero era Vlad, el vampiro, y había sobrevivido durante siglos respetando las tradiciones. "Para el Año Nuevo, toma una vida nueva". Bueno, no era exactamente así, ¿qué más da?
miércoles, 14 de enero de 2009
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2 comentarios:
Vlad es un esteta, como todos los vampiros....
Me cago en tu nick. Llevo tada la tarde canturreando quién teme al lobo feroz.....
he perdido al menos tres amigos
dichosas tus palabras, intrigantes ellas
Si el cadáver estaba menstruando con el tampón podía tomarse un té de postre
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